Si queremos encontrarnos nuestro barco en perfecto estado después del invierno, debemos realizar una serie de tareas preparatorias. Te damos algunos consejos para conservarla y tenerla lista para volverla a usar.
Lo primero que debemos decidir es si vamos a mantenerla a flote en agua, o en tierra. En cualquiera de los dos casos debemos efectuar los trabajos de invernar. En ambos casos, es más que conveniente desmontar todo lo que podamos de cubierta para que no sufra en la intemperie.
Siempre recordando que el invierno es la época perfecta para realizar trabajos de restauración importantes.
Lógicamente, con el barco invernado a flote podremos disfrutar de él incluso en algunos fines de semana del invierno. Tan sólo tenemos que dejar todo recogido y bien organizado para hacer una pequeña salida y disfrutar del mar.
Con el barco a flote, tenemos que tener mucho cuidado. En invierno llegan fuertes temporales y por muchas defensas que pongamos, a veces los barcos se tumban unos sobre otros produciéndose golpes en regalas y candeleros. Para evitar esto, hay que amarrar los barcos uno por popa y otro de proa, de manera que los palos no estén en el mismo plano y no puedan golpearse unos con otros utilizando todas las defensas que tengamos a nuestro alcance, que nunca son pocas. Y por supuesto, instalando muelles metálicos o amortiguadores de goma en las amarras que llegan al pantalán. También debemos proteger la amarra mediante un trozo de manguera de sección adecuada, que evitará el desgaste innecesario.
Los barcos de acero o fibra sufren menos cuando pasan el invierno en marina seca. De hecho un barco con casco de fibra de vidrio que pase de cuatro a seis meses al año en seco, nunca se verá afectado por problemas de osmosis. Los barcos de madera fuera del agua se resecan estropeando la carena. Por este motivo, los cascos de madera tradicionales deben permanecer cortas temporadas fuera del agua.
Trasladando el barco a una marina seca lo protegeremos del agua y de las inclemencias del tiempo por unos meses. Podemos decidir si hacer uso de almacenes de hibernación exteriores u optar por una nave. Siempre cubierto para evitar que entre polvo, suciedad o que pueda rayarse el casco.
Si nuestra potabilizadora dispone de un sistema de auto lavado o de lavado con agua dulce se lo debemos hacer cada mes, de lo contrario habrá que realizar un hibernado completo con productos específicos.
Al final de la temporada puede ser tentador recoger el barco y no preocuparse de él hasta la primavera siguiente. Si hacemos esto nos arriesgamos a que se produzcan daños que afectaran el comienzo de la nueva temporada. Arreglar a tiempo lo que se estropeó, y poner el barco a punto siempre es la mejor opción. Aprovecha el invierno para realizar el mantenimiento del barco y revisar todo el material de seguridad, para que en caso de emergencia podamos contar con él sin problemas.
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